''LA
IDENTIDAD DE CRISTOBAL COLON'' |
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por
Alfonso Philippot Abeledo |
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(5ª
Edición) |
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(FRANCISCO PABLOS, Escritor y Académico de Bellas Artes. En "Faro de Vigo") |
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"El
trabajo de Philippot no sólo defiende una tésis coherente, sino que
además es una valiosa aportación en el campo de la investigación histórica. (Jorge Bátiz Echevarria, descendiente del descubridor que viajó expresamente de México a Pontevedra para conocer sus raices familiares)" |
"De
cuantas tesis he leído, "La identidad de Cristobal Colón "
es la que más equilibrada-mente
trata de descifrar la personalidad del
Almirante". (Johan-Antoni Pérez i Herrero, historiador valenciano) |
Vista
panorámica de TUI, dónde Colón cursó sus
primeros estudios. |
"Esta
nueva teoría, de admitirla los genoveses, sería la solución de todos los
misterios y secretos en que anda envuelta la vida de Colón desde que aparece
en escena con afanes de descubridor... En cualquier caso, el autor ató los
cabos de tal manera, que costará trabajo a los incrédulos salir del camino
trazado por él". (Dr. Fray Manuel de Castro, redactor del "Archivo Ibero-Americano" y Correspondiente de la Real Academia de la Historia.) “La tesis gallega siempre despertó pasiones y arrastró a un buen número de seguidores, a los que hace unos años se sumó Alfonso Philippot. Este centenario enfoque sobre el origen colombino ha tenido grandes detractores, principalmente entre quienes defienden la tesis genovesa…El autor hizo un meritorio trabajo reuniendo cuantos elementos ha podido hallar en defensa de esta teoría, rehabilitando la figura de García de la Riega, y los documentos por él empleados; el estudio de la toponimia de los lugares descubiertos por el Almirante, relacionándolos con sus homónimos de las costas gallegas que, como marino profesional, tan bien conoce. Después, el estudio lingüístico comparativo entre el lenguaje colombino y el idioma gallego; así como varios pasajes de la Historia de Galicia, con la singular “Revuelta Irmandiña” y algunos aspectos de la misma que vienen al caso por el paralelismo que guardan con la de Castilla y Portugal. Siguiendo el hilo de la obra a través del camino trazado por Philippot, el lector asiste complacido al desarrollo de esta nueva teoría que se resume en la identificación, en un mismo personaje, de Pedro Madruga y Cristóbal Colón… Por ello, Alfonso Philippot es acreedor del más profundo respeto de todos cuantos, como él, hemos dedicado muchas horas de paciente lectura a un personaje histórico tan apasionante como es el Descubridor. Cristóbal Colón de Carvajal y Gorosabel, Duque de Veragua. (Extractado del Prólogo a la 3ª edición) |
“No
será porque no deje de ser docente universitario en el campo de las
Humanidades y de las Ciencias Sociales, pero es el caso que hace mucho tiempo
que no cae en mis manos un volumen tan erudito y con un tal “corpus”
bibliográfico como La identidad de Cristóbal Colón,
del incansable investigador histórico Philippot”.
“Obra sugestiva por el solo título, produce en el lector curioso una grata hartanza de cuanto exige la indagación histórica: método, desbordante documentación e interpretación objetiva del material puesto al alcance del erudito historiador”. “Alfonso Philippot pasa con esta obra a constituirse en referente necesario para todo el que se proponga indagar en el “enigma” del descubridor del Nuevo Mundo”. “Es tan ingente la elaboración de una obra como ésta que quedará, para siempre, en la historiografía del Descubrimiento de América, como eslabón básico en la diacromía indagatoria del hecho colombino y modelo para los jóvenes historiadores de cómo hay que trabajar en éste campo, o en otros similares”. (Manuel Mourelle de Lema, Director de la Revista
“Galicia en Madrid”. Año 1995)
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El inventario completo de los objetos transferidos por doña María Vinyals es imposible recuperarlo, pero la correlación de fechas y el parentesco de la casa de Veragua con los Soutomaior, demuestra que el grueso del "botín" debieron adquirirlo los herederos de don Santiago Colón; formando parte del mismo los artículos reclamados posteriormente al notario. Entre otros, el escudo del Almirante, al cual incorporó sus propias armas el marqués de Mos.
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En el castillo de Soutomaior se guardaban efectos personales de Cristóbal Colón que fueron enajenados.
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DON CRISTOBAL DE SOUTOMAIOR, HIJO DE LOS CONDES DE CAMIÑA, FUNDÓ EN PUERTO RICO LAS POBLACIONES DE TÁVORA (GUÁNICA) Y SOTOMAYOR (AGUADA). "EL 25 DE NOVIEMBRE DE 1511 ES LA PRIMERA VEZ QUE APARECE EL NOMBRE DE AGUADA EN UN DOCUMENTO OFICIAL, POR CARTA QUE LE ESCRIBIÓ AL REY DON JUAN CERÓN, ALCALDE DE CAPARRA; HACIÉNDOLE RELACIÓN DETALLADA DE LA MUERTE DE DON CRISTÓBAL COLÓN DE SOTOMAYOR, Y DE LOS HABITANTES Y COLONOS BAJO SU MANDO". (LINO GÓMEZ CANEDO. O.F.M. APUNTES DE UNA VISITA REALIZADA DE ENERO A MAYO DE 196O, AL ARCHIVO GENERAL DE PUERTO RICO.) (NOTICE REPORTED BY THE ACADEMY OF AMERICAN-FRANCISCAN HISTORY, IN 1964) DON JUAN CERÓN , ADICTO A LOS COLONES, VIAJÓ A INDIAS CON D. CRISTÓBAL DE SOUTOMAIOR, EN 1509. LO CUAL, DESPUÉS DE SU POSTERIOR CONVIVENCIA EN BORIQUÉN, LE FACULTABA PARA CONOCER LA VERDADERA FILIACIÓN DE DICHO PERSONAJE, HIJO DE PEDRO MADRUGA. EL P. GÓMEZ CANEDO, UN GALLEGO DE LARACHA, NACIDO EN 1908, FUE DISCÍPULO Y AYUDANTE DEL P. ATANASIO LÓPEZ, ORDENÁNDOSE EN 1929. CUATRO AÑOS MÁS TARDE VIAJÓ A ROMA, DONDE SE LICENCIÓ EN HISTORIA ECLESIÁSTICA. EN 1951 SE INCORPORÓ A LA ACADEMIA AMERICANA DE LA HISTORIA, CON SEDE EN WASHINGTON, CON LA QUE TRABAJÓ DURANTE VARIAS DÉCADAS. Y EN 1960 VISITÓ SAN JUAN DE PUERTO RICO, DONDE REORGANIZÓ EL ARCHIVO DIOCESANO, "CUYOS RESTOS SE HALLABAN AMONTONADOS EN UN RINCÓN". GÓMEZ CANEDO FALLECIÓ EN MÉXICO EL 24 DE DICIEMBRE DE 1990. |
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LOS RESTOS DE COLÓN. |
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Las últimas noticias sobre el ADN de Colón parecen confirmar que los restos de Sevilla pertenecen al Descubridor: El genetista José Antonio Lorente y el antropólogo Miguel Botella, de la Universidad de Granada, sólo disponen de 150 gramos de polvo y de pequeños trozos del esqueleto; de ahí las dificultades de su trabajo. Del hallazgo de los “escasos y deteriorados restos” de la Catedral Hispalense, se infiere que es cuanto dejaron los violadores de La Habana. Y a juzgar por su aspecto –según el doctor Botella- corresponden a una persona de setenta (70) años. Su autorizada opinión coincide con la de aquellos que siguen la española tradición de los autores antiguos: Andrés Bernáldez, Las Casas, Fernández de Navarrete, Asensio, Majó Framís, La Riega y Rafael Calzada, entre otros, al sostener que don Cristóbal murió “in senectute bona, a la edad de setenta (70) años, poco más o menos”. Alfonso Philippot Abeledo |
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EL SEPULCRO DE COLÓN EN VALLADOLID En el mes de Diciembre del pasado año se hicieron eco las Agencias de un estudio del historiador D. Marcial Castro Sánchez, quien ayudado por la profesora de Historia del Arte, doña Maria Antonia Fernández del Hoyo, decía haber localizado el primer enterramiento de Cristóbal Colón en una capilla del Convento de San Francisco de Valladolid.
“Escritura otorgada por el Almirante D. Diego Colón, hijo de D. Cristóbal, ante Andrés Pérez, escribano de Sevilla, el 27 de Noviembre de 1523, en la morada de la señora Marquesa de Montemayor (los Marqueses de Montemayor eran los Silva y Ribera, ramas colaterales de la Casa de Soutomaior), confirmando la escritura de traspaso á favor de su hermano D. Fernando Colón, otorgada en La Coruña en 17 de Mayo de 1520, de 900.000 maravedís que Francisco del Alcázar (su verdadero nombre era Francisco Maldonado de Saavedra), veinticuatro de Sevilla, le debía y estaba obligado a pagarle de la venta de la Villa de la Palma y fortaleza de Alpizar, con otra cuantía de maravedís.- Notaría núm. 10 de la Ciudad de Sevilla.- libro correspondiente al año 1523.- Archivo General de Protocolos.” Propiedades que, posteriormente, vendió D. Fernando al conde de Belalcázar, D. Alonso de Soutomaior (2), marido de doña Felipa de Portugal, sobrina del primer duque de Veragua.
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LA BANDA Y LA BARRA DEL ESCUDO FAMILIAR El 20 de Mayo de 1493, los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal Colón en Barcelona, y entre otros privilegios le otorgaron un escudo con las siguientes armas: |
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LAS RAICES GALLEGAS DEL ALMIRANTE En el Inventario de los documentos custodiados en el Boal Museum de Pennsylvania se hace referencia al ascendiente de Cristóbal Colón con algunos de los linajes más preclaros de Galicia, citándose –entre otros- a los Osorio, Rivadeneira, Sotomayor y Figueroa. “Los Colones –dicen los señores Richard L. Garner y Donald C. Henderson- eran el elemento unificador, por cuanto heredaron a las demás familias.” (“Columbus and Related Family Papers”. Pennsylvania State University, 1974) Ron es el apellido central del que descienden los cuatro citados. “Los de Ron –dice Ambrosio de Morales- son muy buenos hidalgos. Tienen su solar en las montañas entre Asturias y Galicia, y son muy valerosos y emparentados”. Sus armas fueron las que usó Lope Núñez de Ron y Osorio, en las diferentes guerras que sostuvo en Galicia. Don Pelayo -hijo de Favila, duque de Cantabria- estaba casado con Gaudosia Ferrández, y tuvo por capitanes a dos gallegos ilustres, llamados Sorred y Arias Ferrández. Su padre, Fernando Ferrández, murió en la batalla de Guadalete el año 711; su quinto nieto, Men Páez Sorred, construyó el castillo de Sotomayor, y fue el primer señor de esta Casa. Los Rivadeneira proceden de la reina Claudia Lupa -hija de Julio Cesar y de Cornelia, su primera esposa- que se casó con Lobo Lobeiro y tuvieron por hijo a Lobesio Rivano, marido de Caya Valeria (hija de Puctonio Marcelo), cuyos descendientes fueron los señores del castillo de Castro Lupario, a orillas del río Neira, cerca de Padrón; de quienes, a su vez, descienden los Bolaño, Figueroa, Fuertes, Valdés, Osorio, Lemos y Aguilar. Los Osorio proceden del Alférez Mayor D. Luis Osorio, presente en la batalla de Clavijo; de Martín Osorio y de Gutierre Osorio (el Conde Santo), fundador del Monasterio de Lorenzana, en Mondoñedo. Y los sucesores de esta casa están vinculados con los Valcarce, Cabrera y Rivera, Trastámara, Moscoso, Andrade y Bernáldez de Quirós. |
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LOS DESCENDIENTES DE COLÓN EN MÉXICO Entre los descendientes del Descubridor establecidos en Pontevedra a mediados del siglo XVII, figura D. Miguel Enríquez Colón y Portugal -nieto de don Nuño, III duque de Veragua (1565-1622)- casado con doña Jerónima de Vargas-Machuca. El apellido Vargas es de origen andaluz y figura en la Crónica del Rey Santo, relacionado con acciones militares de la conquista de Sevilla, en 1248. “Un esforzado caballero de los que allí estuvieron –dice Antonio Rey Soto- se llamaba Garci Pérez de Vargas, varón de asombrosas fuerzas que usaba la espada de Fernán González, el conde de Castilla de los cantares de gesta. Tal espada se conserva en la Biblioteca Colombina (antes Fernandina), y tiene grabada esta inscripción: “De Fernán González recibí el valor y no lo adquirí menos de un Vargas a quien serví; soy la octava maravilla en cortar moras gargantas, no sabré decir yo cuántas, más sé que gané a Sevilla.” Una rama del mismo apellido pasó a Italia, en tiempo del Gran Capitán, don Gonzalo Fernández de Córdoba, entroncado en la Casa de Soutomaior. Otras lo hicieron a Extremadura, Galicia y Portugal, probando su nobleza en las Ordenes de Santiago, Alcántara y Calatrava. La noticia más antigua que pudimos recabar en Pontevedra sobre dicho apellido data de 1490, y se refiere a un mayordomo de la Casa de Soutomaior, llamado Diego de Vargas. Respecto a la unión de estas familias, sabemos que un García Vargas –señor de Lañoso, en Portugal- contrajo matrimonio, en 1410, con doña Constanza, hija de los señores del Carpio, oriundos de Galicia. Según el Catálogo de Pasajeros a Indias, el 11 de Marzo de 1511 un Hernando de Vargas, vecino de Toledo, viajó a La Española desde Sevilla, con sus hijos Esteban y Juan de Vargas. Lo cual parece indicar que dichos personajes debieron ser los primeros que se establecieron en aquellas tierras. De su relación con los Colones de la historia, digamos que un Francisco de Vargas, residente en Santo Domingo, era apoderado –en 1554- del I duque de Veragua, don Luis Colón. Otro Vargas Machuca, Jacinto, fue capitán de la fragata de Su Majestad, nombrada “La Infanta”, surta en el puerto de La Coruña, que el 15 de Agosto de 1790 zarpó hacia Montevideo, “con la correspondencia del público y Pliegos del Real Servicio”. Volviendo a la rama gallega, sabemos que a principios del siglo XIX Ignacia de Vargas Machuca y su esposo, Juan Farias, viajaron a México; estableciéndose en Nueva Galicia, actual estado de Jalisco. De aquella unión nacieron varios hijos, y entre ellos Heraclio Farias, inventor de una máquina de fabricar cigarros, y otros artilugios que le depararon inmensa fortuna. Miguel Enríquez Colón y Portugal –Cajero de la Real Administración de la Sal- y Jerónima de Vargas Machuca se casaron en Pontevedra hacia 1660, y tuvieron por hijas a Catalina y a Josefa, herederas del famoso “mayorazgo de las Colonas” que su padre instituyó en 1672. Don Enrique falleció, “ab in testato”, el 22 de Diciembre de 1675, probablemente en su casa de La Pedreira (actual Plaza de Mugártegui), “dejándo muchos bienes y hacienda”; siendo enterrado en la iglesia de San Francisco, en la capilla de del Buen Suceso. Una hermana suya, llamada también Catalina, contrajo matrimonio –en 1631- con D. Juan de Lima y Soutomaior, hijo del V vizconde de Vilanova de Cerveira, en Portugal. En el Archivo Parroquial de San Bartolomé figura, asimismo, una Juana de Vargas, cuya filiación desconocemos, casada en 1694 con José Nicolás de Castañeda, primo de los señores de Soutomaior. De Catalina Enríquez y Vargas-Machuca, mujer de Francisco Enríquez de Vargas, nacieron Mª Benita, Rosa y otro Miguel Enríquez Colón y Portugal, Capitán de Caballería que en 1718 emigró a México; llegando a desempeñar el cargo de Alcalde Mayor de San Cristóbal de Ecatepec. El 26 de Diciembre de 1723 contrajo matrimonio en la capital con Teresa de Abarca y Cárdenas, natural de Cautitlán; hallándose ambos enterrados en el Sagrario, anexo a la Catedral Metropolitana. Para aquél distinguido personaje, y para sus sobrinos (hijos de doña Benita), los señores De la Vega, gobernadores de Sinaloa, cuya descendencia alcanzó al ex –Presidente de la República Mexicana, Excmo. Señor Don Adolfo López Mateos (1910-1969), pedimos a los gallegos, y en particular a los pontevedreses, la promoción de un acto de hermanamiento con aquellos pueblos de ultramar donde vivieron y destacaron por su honor de caballeros. |
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Catedral Metropolitana de México . |
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COLON GALLEGO EN 35 LINEAS |
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El 19 de Enero de 1434, el reverendo D. Alfonso García, abad del Convento Benedictino de San Juan de Poio, suscribe ante notario las siguientes escrituras: 1ª) “Sepan todos que yo don Alfonso García abad del Convento de San Juan de Poio confieso y otorgo que debo pagaros a vos Martín Gonçálves, marinero, vecino de la villa de Pontevedra que estáis presente, doscientos setenta y cuatro maravedís (274 mrs.) que corresponden a vuestra mujer Blanca de Soutelo, como heredera de Blanca de Colón (hija de Bartolomé Colón, el Viejo), mujer que fue de Alfonso (Gonçálves) de Soutelo, sastre; cuarta parte de los mil noventa y cinco maravedís (1.095 mrs.) que yo, el referido abad, le debía al dicho Alfonso de Soutelo…..” (Notario: Afonso Eans Jacob.) 2ª) Al dorso: “Sepan todos que yo Alfonso García, abad del Convento de San Juan de Poio, confieso y otorgo que he de pagar a vos Juan Gonçálves, pintor, vecino de la villa de Pontevedra que estáis presente, como heredero que sois de Alfonso (Gonçálves) de Soutelo y de su mujer Blanca de Colón, cuya alma Dios haya, en la mitad de sus bienes, a saber quinientos cincuenta maravedís (550 mrs.)….” (Notario: Afonso Eans Jacob) Del contenido de dichos documentos se desprende que Juan Gonçálves y Blanca de Soutelo eran hermanos, y acreedores de las ¾ partes de la deuda que el abad don Alfonso García había contraído con sus padres (tal vez por la confección de hábitos para el convento). Así como acreedores, en la misma proporción, del resto de sus bienes; faltando, por tanto, un tercer beneficiario cuyo nombre debió constar en otra escritura relacionada con la siguiente: 3ª) “29 de Septiembre de 1435. Sepan todos que yo Juan Gonçálves do Ribeiro, marinero, vecino de la villa de Pontevedra que estoy presente, actuando voluntariamente y en nombre de mi mujer, Constança Gonçálves, vendo firmemente por derecho hereditario para siempre a vos Paio Gómez de Soutomaior y a vuestra esposa, doña Mayor de Mendoza, la parte que nos corresponde de la casa, de bajo y piso, hasta la de Domingos de Colón, el Viejo, que está en la calle del puente de dicha villa junto a las vuestras, y limita con las del cabildo de Santiago…Y vendo, como he dicho, la parte y proporción que a mi y a mi mujer nos pertenece, con la piedra, teja, hierro, madera y territorio hasta la casa de Ds. de Colón, el Viejo…” (Notario: Afonso Eans Jacob. Textos traducidos del gallego; facilitado por D Casto Sampedro Folgar) La ubicación de esta finca demuestra que los Gonçálves-Colón eran vecinos de los Soutomaior. Y que la madre de Cristóbal Pedro -llamada Constança Gonçálves- lo tuvo de soltera, casándose posteriormente con Juan do Ribeiro; figurando éste al servicio de Fernán Eanes, como tripulante de una nave surta en Pontevedra, el 19 de Enero de 1434. (Elisa Ferreira, “Galicia en el Comercio Marítimo Medieval”, pág. 846). Hecho que confirma Pedro Gonçálves en un testamento que otorga en la ciudad de Córdoba, a finales de 1489, en el que dice ser “hijo de Bartolomé Colón, gallego” (Archivo de Protocolos). |
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Pontevedra Antigua En Vigo, a 9 de Abril de 2007. |
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¿POR QUÉ PALOS? |
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En tiempo de moros, Palos pertenecía al reino de Niebla, que comprendía el Algarbe andaluz, hasta el Guadiana…En la decadencia del reino de Niebla, bajo los cristianos, la aldea se despobló, dando Sancho IV la “casa de Palos”, con olivares y huertas (en 1262) a su almirante Paio Gómez Chariño, por ser costumbre dotar al titular del cargo de un puerto en señorío.” * Doña Isabel de Castañeda, que falleció en Cifuentes en 1462, fue la primera esposa de D. Alfonso de Silva, quinto nieto del almirante Alonso Jofre Tenorio. En su testamento mejora en la tercera parte de sus bienes a don Juan de Silva, su hijo mayor, “y que la haya en su mitad de la villa de Palos”. |
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Sepulcro de Payo Gómez Chariño En Vigo, a 5 de Julio de 2007. |
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¿COLON PORTUGUÉS? |
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Obsesionados con la vieja teoría del “Colón portugués”, nuestros vecinos del otro lado del Miño han llevado al cine su anacrónico “Cristovâo Colombo - O enigma”, dirigido por Manoel Oliveira. Defendida en principio esta tesis por Patrocinio Ribeiro (Coimbra, 1916), y posteriormente por Pestana Junior (Lisboa, 1928) y Mascarenhas Barreto (Amadora, 1988), inventores del método cabalístico, llamado también “Método de la sopa de letras”, extrajeron de la enigmática firma de Colón el nombre de Salvador Fernández Zarco, con quien le identifican. El personaje en cuestión, hijo natural del Infante D. Fernando y de Isabel Zarco, vendría a ser nada menos que primo del rey de Portugal, don Juan II. La importancia de estos símbolos se refleja, precisamente, en Cuba, donde existe un portal decorado en bajo relieve con tres ramas dispuestas en triángulo, tal y como aparecen en el gabán del rey Fernando el Católico, a quien confunden con el propio Cristóbal Colón del famoso cuadro de la Virgen de los Navegantes. Símbolo que constituye “un auténtico documento histórico”, dicen, sumado al hecho de que el Almirante pudiera haber nacido en Cuba, con cuyo nombre bautizó a la mayor de las islas caribeñas descubiertas durante el primer viaje. Aquel portal se conserva hoy en la antigua ermita de San Blas, construida en 1485; pero, analicemos el valor real de dichos símbolos:
El cuadro de Alejo Fernández, titulado “Nuestra Señora, amparo de los navegantes”, fue hallado a finales del siglo XIX en el Alcázar Viejo de Sevilla. La composición del mismo es alegórica a los trabajos de la Casa de Contratación, y las naves y trajes de los personajes en él representados corresponden al primer tercio del siglo XVI. Conozcamos la descripción que de los mismos hicieron dos importantes especialistas: D. José Gestoso y Pérez (1852-1917), Director del Archivo y Museo Municipal de aquella ciudad, y D. Manuel Ruiz del Solar y Azuriaga en su obra “La Casa de Contratación”, publicada en 1903: “En el grupo de personajes situados a la derecha de la Virgen, aparecen un anciano Monarca, un Obispo con bastón, ligeramente encorvado, y un Abad. En el de la izquierda se observan varios caballeros, cubiertos con gorras y mantos lujosos que representan a los antiguos navegantes de la Casa (Cristóbal Colón, Amérigo Vespucci y Vicente Yáñez Pinzón). En el grupo de la derecha, el anciano Monarca es don Fernando el Católico con riquísimo gabán, en los últimos años de su vida. Al lado de la Virgen se halla don Juan Rodríguez de Fonseca, Intendente de Indias. Y en medio de los dos el Doctor Sancho de Matienzo, primer Abad de Jamaica.” En lo que atañe al nombre indígena de Cuba, anotó Colón en su Diario el 21 de Octubre de 1492: “… y después partí para otra isla grande, que creo debe ser Cipango, según las señas que me dan estos indios que yo traigo, a la cual llaman Colba…” Esta isla fue rebautizada una semana más tarde por el Almirante con el nombre de “Juana”, y así se llamó en lo sucesivo, hasta que el rey Fernando le cambió el nombre por el suyo propio, bajo la forma de “Fernandina”. Pedro Mártir se refiere a “Cuba” y a “Fernandina” como si fueran dos islas, llamándola también “Alpha”, retomando el nombre que le diera Colón a la punta de “Maisí”. Posteriormente, “el sonoro y corto nombre de Cuba –dice Antonio Nuñez- primó sobre los topónimos que quisieron imponerle tanto su descubridor, como el rey de Aragón y los conquistadores españoles” (*). Según el paleógrafo Fernando Ortiz, en su obra “Cuba primitiva”, las palabras “Cuba” y “Ciboney” tienen una misma raíz: la voz “ciba”, que equivale a piedra o montaña. Para José Juan Arrom, en su discurso de ingreso en la Academia Cubana de la Lengua, titulado “Historia y sentido del nombre Cuba”, la palabra “Kuban” significa “mi campo, mi terreno”; manifestando que la voz “Kaba” o “Kuba” debe ser por consiguiente la voz que Colón oiría, y eso vendría a explicar la vacilación del Almirante entre “Colba” y “Cuba”. Digamos para terminar que la novela “Cristóbal Colón era portugués”, del matrimonio Da Silva-Jorge, en la que se inspiró el veterano cineasta Manoel Oliveira, no es una novela de corte histórico, por cuanto su contenido corresponde a hechos y personajes históricamente falsos. No obstante, el 28 de Octubre de 2006, el Presidente de la Cámara Municipal de Cuba (Beja), D. Francisco Orelha, tras las “sabias” conclusiones de los doctores Augusto Mascarenhas y Luciano Da Silva, inauguró una estatua dedicada a Cristóbal Colón, “para conmemorar los 514 años de la llegada del descubridor a la isla que bautizó en honor de la tierra que le vio nacer”. (*) Don Antonio Nuñez Jiménez (1923-1998), fue Presidente de la Academia de Ciencias de Cuba. Su obra consta de más de 190 volúmenes, dedicados especialmente a estudios geográficos y de espeleología. En Marzo de 1989 publicó su magnífico “Reportaje del Descubrimiento”, en el que plasmó -en alas de la imaginación- los comentarios de los personajes más notables de la historia. Y en 1995 se le confirió el titulo de Doctor Honoris Causa en Ciencias Geográficas por la Universidad de La Habana. En Vigo, a 18 de Enero de 2008. |